El envejecimiento poblacional recarga la demanda médica del IMSS
El envejecimiento de la población mexicana ya tiene reflejo directo en la operación del IMSS. El número de personas mayores de 65 años que forman parte de la población derechohabiente se incrementa año con año, y su demanda de servicios —más complejos y costosos— es cada vez mayor.
De acuerdo con el Capítulo I del Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del IMSS 2024-2025, elaborado por la Dirección de Prestaciones Médicas y la Dirección de Incorporación y Recaudación del Instituto, la proporción de adultos mayores está creciendo de forma sostenida dentro del padrón adscrito a médico familiar. Esta tendencia, además de inevitable, es estructural.
La transición demográfica, explica el documento, ha incrementado la esperanza de vida —79 años para mujeres y 72 para hombres— y está modificando la naturaleza de la atención médica: se requieren más consultas, más tratamientos crónicos y más servicios hospitalarios especializados.
La estructura epidemiológica también ha cambiado. El mismo informe detalla que enfermedades no transmisibles como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la insuficiencia renal crónica y algunos tipos de cáncer han desplazado a padecimientos infecciosos como principales causas de muerte.
Frente a este panorama, el IMSS subraya la urgencia de reconfigurar su modelo de atención: pasar de lo curativo a lo preventivo, con énfasis en el diagnóstico temprano, el autocuidado y el control de factores de riesgo como sedentarismo, dieta inadecuada o tabaquismo.
“La sostenibilidad del sistema exige planear las erogaciones con enfoque de equilibrio presupuestario y anticipar una reorganización de las prestaciones económicas, sociales y de salud”, concluye el reporte.
Este proceso no es futuro: ya está en marcha. Y si no se atiende con visión y anticipación, puede comprometer la capacidad del IMSS para responder a una población que vive más… y demanda más.
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