Somos un Sindicato con altura de miras: Olivares Cerda

< Regresar 07 Septiembre 2020

Por Dr. Arturo Olivares Cerda

A pesar de todo y contra todo estamos aquí.

Sintámonos orgullosos y agradecidos por esta oportunidad maravillosa de volvernos a encontrar en el marco de nuestro LXXIV Consejo Nacional Ordinario.

Digo que es una oportunidad maravillosa de reencontrarnos después de lo que hemos vivido y vivimos:


"Una guerra inesperada, dolorosa, cruel, letal que libramos contra el Covid-19 y que a muchos nos ha enlutado al llevarse a familiares, amigos, a compañeras y compañeros de trabajo".

Mención especial para aquellas y aquellos trabajadores del IMSS que murieron en el cumplimiento de su deber.
Para ellas y ellos, el mayor de los reconocimientos.

Su partida duele, sacude el corazón.

La valentía y entrega desplegada en salvar vidas es un legado imborrable para las presentes y futuras generaciones.
Su testimonio de amor por los demás y de lealtad a su profesión son un aliento para salir adelante.

¡Descansen en paz!

Hace seis meses, jamás imaginamos el desolador escenario que enfrentamos: muerte, incertidumbre, miedo, crisis económica, social, laboral y de salud.

Para su servidor, este Consejo Nacional Ordinario adquiere una gran relevancia.

En este encuentro, donde definimos los planteamientos que haremos al Instituto Mexicano del Seguro Social en el marco de la revisión salarial 2020-2021 para mejorar las condiciones laborales de los agremiados es también, un tributo a la vida y a la esperanza.

Los que estamos aquí somos privilegiados.


Estamos vivos.

Respiramos.

La pandemia sacudió nuestro andar, nuestro presente y futuro.

Es una experiencia que da la oportunidad de replantear cuáles son nuestras prioridades.

De valorar lo que es verdaderamente valioso de lo que no lo es.

La irrupción del coronavirus cambió todo: la forma de convivir; la forma de trabajar; la forma de estudiar de nuestros hijos; la manera de relacionarnos con los demás y con los seres queridos.

La pandemia ha permitido convivir más en familia, pero también en muchos otros casos, el virus levantó un muro con nuestros entornos familiares tras el obligado confinamiento.

Por seguridad sanitaria muchos dejaron de ver a sus padres.

Padres dejaron de ver a sus hijos y nietos.

Nietos dejaron de ver a sus abuelos.

El coronavirus sacudió la economía y el mercado laboral.

Su devastación se mide no solamente en las innumerables muertes que provoca, sino en la desgracia de miles de personas y familias que perdieron todo: empleo, ingreso, la paz, el bienestar, la ilusión.

A pesar de esta desgracia social, los trabajadores del IMSS contamos con una fuente de trabajo estable, segura, con prestaciones superiores a la ley, con un Contrato Colectivo de Trabajo fuerte y robusto.

Ser afiliado al Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social es un logro y una dicha.

Bajo su cobijo sabemos que el bienestar de nuestras familias está garantizado, algo de lo que lamentablemente carecen millones de mexicanos.

Por eso digo que este Consejo Nacional Ordinario es un tributo a la vida y a la esperanza, a pesar de todo.

Renovemos nuestro compromiso y nuestra lucha por construir un mejor futuro y valoremos el presente laboral que tenemos.

Sintámonos orgullosos y agradecidos por ello.

Dos sentimientos que nos deben volver más sensibles para comprender la tragedia de aquellos que no tienen los medios para salir adelante de la crisis que enfrentamos.

Una sensibilidad que nos obliga a valorar nuestro trabajo y a dar lo mejor en nuestro desempeño cotidiano.

Si el Instituto Mexicano del Seguro Social se ha convertido en el bastión principal para defender a México del coronavirus es gracias a sus trabajadores.

La aportación que cada uno de los 475 mil trabajadores hace a través de su trabajo ha fortalecido sus cimientos.

Gracias a ello el IMSS resiste el embate de una pandemia cuya fuerza no se había visto en más de 100 años.

Este hecho nos debe generar una satisfacción enorme por dos razones:

La primera porque al desplegar lo mejor de nosotros en nuestra jornada laboral, afianzamos el empleo y nuestros ingresos, brindándonos estabilidad laboral y progreso para beneplácito de nuestras familias.

La segunda razón para sentirnos profundamente satisfechos es porque nuestro trabajo escala niveles patrióticos.

Lo digo sin exagerar.

Si el IMSS cuenta con más de 77 años de vida es gracias a sus trabajadores.

Si el IMSS es la base de la seguridad social es gracias a sus trabajadores.

Si el IMSS es el centro de las políticas públicas se debe al desempeño de su base trabajadora.

Si el IMSS es factor de estabilidad nacional es gracias a todos los que conformamos esta noble y gran institución.
Somos celadores de la salud de millones.

Nuestro trabajo da luz, rumbo y esperanza a México en estas horas criticas.

Nos levantaremos.

Desde la perspectiva sindical, esta experiencia de vida nos invita a reinventarnos.

La pandemia nos enseñó que es hora de que la gestión sindical se ejecute desde los centros de trabajo.

Miles de trabajadores demandan cercanía a sus dirigencias.

Nos han exigido, y con justa razón, los ayudemos a superar los rezagos que sufren en distintos ámbitos en sus unidades médicas.

Nos reclaman diálogo directo y frontal y presencia.

Resultados palpables.

Los representantes sindicales estamos obligados a asumir nuevas estrategias para atender las demandas de los agremiados.

La batalla contra Covid-19 dejará muchos sentimientos encontrados.

Los trabajadores demandarán un trato mas justo.

Más resultados. 

Coherencia entre las palabras y las acciones.

Transparencia sindical.

Un mejor entorno laboral.

Más insumos médicos.

Más infraestructura hospitalaria.

Más personal que los apoye y les disminuya las cargas de trabajo. 

Más atención psicológica.

Más protección.

Muchas cosas más.

La estructura sindical debe ser sensible a los reclamos y resolver.

No olvidemos que los agremiados tienen un rol más activo y determinante en la vida sindical.

Se aprobó una reforma laboral en materia sindical que les da un poder supremo: elegir directamente a sus líderes que verdaderamente los escuchen a través del voto libre, directo, secreto y personal.

Ellos ponen y quitan. 

Quitan y ponen.

No defraudemos su confianza.

La confianza se gana.

Trabajemos con pasión y eficiencia.

Seamos transparentes y claros en nuestro actuar.

Las buenas acciones tienen un impacto positivo en toda la estructura sindical.

Las malas acciones nos afectan a todos.

No somos autónomos.

Somos un cuerpo colegiado.

Trabajemos por fortalecer la unidad y la lealtad de los trabajadores hacia nuestra organización.

¿Cómo?

Siendo coherentes entre lo que se dice y se hace.

Entre lo que se hace y se dice.

Es la ecuación que nos da credibilidad y la verdadera autoridad sindical.

A todos nos conviene entender esta ecuación.

De no hacerlo, corremos el riesgo de que la buena reputación y la credibilidad se nos desquebrajen y los apoyos se esfumen.

La fidelidad hacia un proyecto se logra cuando remamos todos hacia un mismo horizonte.

Si lo hacemos al mismo ritmo, en el mismo sentido, con la misma fuerza, muy pronto estaremos arribando a distintos puertos recogiendo frutos abundantes para nuestros agremiados.

El presente y el futuro de nuestra organización sindical exige liderazgos gremiales auténticos, comprometidos y con altura de miras para que tengamos larga vida.

A la enfermera Josefina Estrada Martínez, titular del órgano de operación administrativa desconcentrada del IMSS en el estado de Guerrero, aprecio su presencia en este magno evento estatutario y refrendo nuestra disponibilidad total para fortalecer nuestro trabajo bilateral en beneficio de los trabajadores y derechohabientes de este estado tan significativo para todos los mexicanos.

Compañeras y compañeros:

La vida nos da la oportunidad de encontrarnos aquí para cumplir con nuestra misión laboral y sindical.

Nos brinda la gracia de encontrarnos y vernos a los ojos.

De manifestarnos con una sonrisa el cariño y el respeto que nos prodigamos.

Nos da la posibilidad de analizar los nuevos escenarios que enfrentamos y enfrentaremos en lo personal, laboral y sindical.

La pandemia cambió todo.

Nada será igual.

Hoy se nos da la oportunidad de trabajar en la reconstrucción del tejido social.

De contribuir al progreso de nuestra nación.

Porque este país, es el país en el que vivimos.

En el que nacimos.

Es la tierra en la que se forman y crecen nuestros hijos.

Todos los caminos nos conducen a valorar la vida.

Disfrutémosla con plenitud.

Con responsabilidad.

Con esperanza.

Con sensatez. 

Somos privilegiados.

Muchas gracias.

 

 

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